sábado, 30 de mayo de 2009

Éxito rotundo de asistencia en la primera bicicrítica pinteña













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Ayer viernes tuvo lugar la primera bicicritica de Pinto. Acudieron casi medio centenar de alegres bicicríticos, que pasearon con ambiente festivo y curiosa indumentaria y accesorios por las calles de nuestro municipio. Queríamos contagiar nuestra alegría al resto de los pinteños, y en general lo conseguimos. La mayor parte de los participantes son ciclistas habituales de Pinto, pero también acudieron otras personas que todavía no se habían atrevido a pedalear solos de forma habitual. Esperamos que estos últimos, tras la experiencia positiva (y las que seguirán), se animen a dejar el coche y pasarse a la bicicleta.

Sin embargo, a mitad de paseo, más o menos a la altura del parque Juan Carlos I, la policía paró a un grupo de ciclistas para indicarles que las bicicletas debían circular en fila de a uno para que pudieran ser adelantadas por los coches en el mismo carril. No hemos encontrado antecedentes de algo así en ninguna bicicrítica conocida (¿os imagináis que hubiera ocurrido esto en la Criticona de Madrid? No me puedo imaginar lo que ocuparían esas 5000 bicicletas en fila de a uno. Probablemente el caos que producirían sí que sería tremendo. Porque si los demás vehículos deben adelantar separándose 1'5 m de ella, y teniendo 3 m cada carril, es imposible que la adelante un coche sin utilizar el carril contrario, que es la forma habitual de adelantar (y como ya podían adelantarnos yendo en pelotón).

Por tanto, 35 bicicletas circulando a una velocidad razonable en Pinto (recordemos que la velocidad máxima, aunque los coches no la cumplan, es de 30 km/hora), pueden ser adelantadas utilizando el carril contrario, pero 35 bicicletas en fila de a uno pueden suponer un caos considerable, aparte de un peligro si alguien intenta adelantar por el mismo carril acercándose a ellas demasiado (especialmente para los más jóvenes y menos estables o más distraídos o asustadizos en la bicicleta), o metiéndose entre ellas incumpliendo la distancia de seguridad.

Por otro lado, nos sorprendió el celo que puso la policía en evitar que redujéramos ni un poco la velocidad de circulación, cuando el carril contrario, unos metros más allá, estaba totalmente colapsado por los coches que llegaban a Pinto (y qué peste echaban allí paraditos, nos ahumamos al pasar junto a ellos aunque circuláramos en sentido contrario). El excesivo uso del coche, así como su mal uso, provoca atascos diarios. ¿Por qué un mínimo uso de las bicicletas no puede siquiera reducir un poco la velocidad de circulación?

Y ya puestos a preocuparnos por la circulación, ¿por qué no multan y retiran a los coches aparcados en doble fila o en los carriles reservados para bicicletas? Así también podríamos haber circulado por ellos y no hubiéramos "molestado" tanto a algunos (no a la mayoría, que nos tomaron por un desfile festivo y nos miraban con curiosidad e incluso nos saludaban).
¿Y por qué no multan a los coches aparcados sobre la acera en las entradas de los coles? (esto entorpece más y hace más peligrosa la entrada que una circulación lenta de bicicletas, y, sin embargo, no se impide).

La respuesta es evidente, es una cuestión de mentalidad, y la policía de Pinto aún no se alegra mucho de ver más bicicletas que coches en un tramo de 50 metros, porque las considera un estorbo en vez de una forma de concienciar, de educar y de avanzar hacia una nueva mentalidad. Esperemos que pronto nos vean más como aliados que como enemigos. Que cada nueva bici en la calle sea un coche menos, y con ello menos peligro, menos humo, menos ruido y unas calles más amables para todos.

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